Oreo & Yogurt baby cheesecake

En cuanto vi este postre, el cual me entró totalmente por los ojos, supe que tenía que hacerlo y también supe que me iba a encantar.
Lo vi un día, navegando por la blogosfera, en un blog americano de fotografía culinaria que sigo desde hace tiempo, y desde el primer momento me cautivó, por la pinta, por el nombre, y ya cuando lo probé, por su sabor......

Cuando lo estaba haciendo recordé que hacía al menos 5 años que no comía oreo, y es que, el padre de Ángela, mi mejor amiga de la infancia, trabajaba en "artiach", que es la empresa dueña de estas suculentas galletitas, y siempre nos daba cajas y cajas de chips ajoy, filipinos, oreo, gelatina royal, etc, etc, y claro un buen día me empaché y estuve bastante tiempo sin comer algunos de estos dulcecitos, en especial las oreo, y ahora que he vuelto a comerlas me han traído muchos recuerdos.... Que majete Ángel (así se llama su padre), que nos solucionaba todos los días la merienda!!


OREO AND YOGURT BABY CHEESECAKE

INGREDIENTES:

14 galletas Oreo
250 gr de queso crema Philadelphia
100 ml ( ½ taza) de yogur natural azucarado

70 g ( ½ taza) de azúcar glas
2 huevos
2 cucharaditas de extracto puro de vainilla
1 cucharada de harina de maíz (maicena)

PREPARACIÓN:

Precalentar el horno a 160º C y en un molde apto para muffins ponemos 12 capsulas para magdalenas. Poner una galleta en cada capsula. Romper las galletas restantes en cuartos y reservar.

En un tazón grande, combinamos el queso, el yogur, el azúcar, los huevos y la vainilla. Batir ligeramente, hasta que esté bien mezclado y con un color uniforme. Tamizar la harina de maíz y añadir a la mezcla anterior suavemente con el batidor.

Poner unas 3 cucharadas generosas de la mezcla de queso sobre cada una de las galletas que habíamos depositado en el molde para muffins y encima colocamos uno de los trozos de galleta que habíamos dejado reservados anteriormente. Empujar suavemente la pieza de la galleta en la masa hasta que esté a ras de la superficie de la masa.

Hornear durante 20 minutos, y luego apagar el horno. Abrir la puerta del horno ligeramente y dejar entreabierta. Dejar los pasteles de queso en el horno durante 30 minutos o hasta que se tambaleen un poco si los agitamos suavemente. Retirar del horno y dejar enfriar unos 20 minutos en una rejilla. Luego los metemos en el frigorífico durante 2 horas.

Retirar suavemente las cápsulas de papel y servir.
Están muy buenos así, pero se pueden acompañar de una cucharada de crema o de nata montada.