Pastel de piña invertido

Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de Noviembre nos invita a preparar un Pastel Invertido.

Cuando vi en el círculo wholekitchen que tenía que hacer este pastel para el mes de noviembre, no me gustó nada la propuesta, pensé incluso en no hacerla, pero el Lunes me había comprado una batidora de barillas de mano, y como no sabía que hacer para probar que funcionara bien, al final me decidí e hice el pastel de piña...

Cuando lo saqué del horno y lo desmoldé tampoco me gustó nada, pensé que iba a tardar horas en fotografiarlo y en encontrar una foto decente, y así paso, que no había manera de que el maldito pastel saliera "guapo" en las fotos. Entonces me entró un poquillo de hambre y decidí probarlo, porque las cosas como son, el olorcillo que despedía no tenía nada que ver con su "físico", ya que olía de maravilla, y como dice mi padre cuando decimos que bien huele: "mejor sabrá"... Pues efectivamente, es un pastel delicioso, y no sólo lo digo yo, si no que a Fran también le encantó, dijo que era el mejor postre que había hecho, y os puedo asegurar que el siempre es muy crítico con mi cocina.

Además, lo que hace que el pastel esté tan bueno, creo que es la capa de arriba, es decir el topping que lleva de azúcar moreno, azúcar blanquilla y mantequilla, y calentito está de muerte!

Pues eso, que las apariencias engañan.....y mucho!

Dicho esto y para no variar, os dejo con la historia de este rico, aunque feo pastel(lo siento pero es así), para que os ilustréis un poco, una vez más por cortesía del círculo:
El pastel de piña invertido, es uno de los pasteles más tradicionales y populares en los años 20 en Estados Unidos, debido a que la piña en conserva estaba muy de moda en aquellos años, y fue precisamente en 1920 cuando apareció por primera vez una receta de este delicioso pastel.

La piña en conserva se encontraba a un precio muy bajo y las recetas en torno a ella no dejaban de sucederse, pero este pastel se hizo tan popular que cuando una de las compañías más populares envasadora de piñas en Estados Unidos organizó un concurso de recetas, recibió más de 2500 recetas de este mismo pastel.

Hoy en día podemos encontrarnos muchas versiones de él, con distintas frutas y distintos tipos de masas.

Es un pastel que tiene muchas posibilidades y que lo podemos adaptar a los gustos de cada uno, tanto en el topping, como en el relleno de la masa, a la que también podemos añadir chocolate, con algún que otro sabor, especias, teñir la masa, etc.

También el modo de presentación puede cambiar y podemos optar por las versiones individuales.

PASTEL DE PIÑA INVERTIDO

INGREDIENTES:

Para el topping o cubierta:

60 gr(30 gr) de mantequilla
80 gr(40 gr) de azúcar blanca
80 gr(40 gr) de azúcar morena
550 gr(3 rodajas)de piña en almíbar *
cerezas en almíbar para decorar (yo no le puse)

* Hay que secarla muy bien y retirar el máximo posible de líquido, para que no humedezca el pastel en exceso.

Para el bizcocho:

(Yo hice la mitad de los ingredientes, porque en casa somos dos y no queremos tirarnos un mes comiendo bizcocho, así que os pongo las cantidades que yo utilicé entre paréntesis, salvo lo que haya utilizado la misma cantidad)

195 gr(100 gr) de harina de repostería
2 cdtas( 1 cdta + una pizca) de levadura en polvo
1/4 cdta de sal
120 gr(60 gr) de mantequilla
200 gr(100 gr) de azúcar
1 cdta de extracto de vainilla
2 huevos (no muy grandes)
120 ml (60 ml) de leche

PREPARACIÓN:

Para un molde de unos 23 cm. Horno a 180º.

Colocamos los dos tipos de azúcar y la mantequilla en una cacerola pequeña y lo cocinamos a fuego medio hasta que todo se haya disuelto y adquiera una textura homogénea. Seguidamente lo dejamos cocer un poco más hasta que veamos que el azúcar empieza a caramelizar, unos minutos.

A continuación, retiramos del fuego y lo vertemos sobre un molde, previamente engrasado, colocamos encima los trozos de piña y las cerezas en el centro, o cualquier otra fruta que vayamos a utilizar, y reservamos.

Batimos la mantequilla y el azúcar hasta que nos quede esponjosa y suave, una vez obtenida esta consistencia añadimos el extracto de vainilla y seguimos batiendo, continuamos añadiendo las yemas de los huevos de una en una, batiendo bien después de cada adicción.

Mezclamos la harina, la levadura y la sal y la añadimos a la masa anterior, en tres veces, alternándola con la leche y batimos hasta incorporar todos los ingredientes.

En otro bol, batimos nuestras claras a punto de nieve hasta que nos queden picos firmes.

Incorporamos las claras montadas a la masa, lo haremos en dos veces, y con la ayuda de una espátula, la vamos integrando pero con cuidado de no batirlo en exceso.

Vertemos nuestra masa sobre el molde, alisamos la parte superior y la horneamos durante 50 minutos aproximadamente(mi pastel en 35 minutos estaba listo), o hasta que pinchemos nuestro pastel y veamos que el palito sale limpio.

Lo sacamos del horno, y lo dejamos enfriar dentro del molde, unos 10 minutos. Después lo desmoldamos y lo dejamos enfriar por completo(aunque yo de vosotros me comería un trozo calentito, porque está mucho mejor que frío).

Por cierto, para los que lo celebren, ¡FELIZ DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS!