(Viñeta de humor gráfico de Xavir Agueda para Tinta de Calamar, el blog gastronómico de la Cadena Ser)
Tras la alarma provocada el mes pasado, en la industria alimentaria y entre los consumidores, sobre el descubrimiento de trazas carne de caballo en las hamburguesas de carne vacuno, se ha descubierto que la comercializadora internacional Findus, ha estado vendiendo platos preparados de lasaña boloñesa compuesta de carne de caballo en su totalidad, etiquetadas como si fueran de ternera.
¿Cual es realmente la alarma de esta noticia? ¿Porque se ha producido tanto revuelo?
La preocupación de la creciente magnitud del problema, ya no se debe sólo al temor infundado sobre que la carne de caballo es más dañina que la de vacuno (Pues se pensaba que la Fenilbutazona, un medicamento veterinario, podía encontrarse en la composición de ésta), si no al etiquetado incorrecto, que ha puesto en duda si los consumidores pueden estar seguros de lo que están ingiriendo en su comida.
“Esta es una historia muy impactante y totalmente inaceptable. Ya no es una cuestión de seguridad alimentaria, si no de la eficacia del etiquetado de los alimentos y de una práctica minorista adecuada. La gente se enfadará mucho cuando descubra que ha estado comiendo carne de caballo en vez de carne de vacuno”. Estas son las afirmaciones que David Cameron, primer ministro de Gran Bretaña dijo en Bruselas.
En mi opinión, todo el revuelo de esta noticia comenzó porque era socialmente inaceptable la idea de estar ingiriendo carne de un animalito del que se profesa tanto amor como es el caballo, cosa que me parece cuestionable, pues ¿acaso tiene más alma el jamelgo que la res?
Pero ahora la cuestión no es otra que ¿realmente sabemos lo que comemos? ¿son reales los productos alimenticios que aparecen en las etiquetas? Y... ¿Están todos los que son o son todos los que están?
5 comentarios, ¿Dejas el tuyo?:
la verdad es que da mucho miedo comer platos preparados porque hoy en día es un acto de fe, ¿realmente comemos lo que nos dicen? Eso nos pasa con muchísimos productos, sin ir más lejos, mi doctora me comentaba que ese famoso preparado lácteo que te ayuda a bajar el colesterol tiene el mismo principio activo que las pastillas para bajarlo y tú te lo tomas creyendo que es más sano y natural que andar tomando una pastilla. La cuestión no está tanto en si es carne de caballo o de ternera sino en el engaño al que estamos siendo sometidos.
Un besito desde Las Palmas y feliz semana.
Hola preciosa!!!!
pues la verdad es que yo compro una hamburguesas de potro deliciosas ;) pero ahora en serio, es una vergüenza que nos vendan una cosa y luego sea otra..por eso yo siempre procuro hacer yo dentro de mis posibilidades mis platos..eso si, siempre he sabido, o sospechado que cuando cedía ante el impulso de comprar una de esas cochinadas, podría ingerir cualquier cosa :) y que nadie diga lo contrario :P
Miles de besitos mi preciosa niña!!!!
Muassssssssss
A mí no me apena más comerme un caballo que una ternera, pero que no sepamos lo que estamos comiendo clama al cielo. ¡Qué poco importa el consumidor! ¡Qué fácil es engañarle y pisotearle! Y lo peor es que no parece que importe mucho. Seguimos siendo un país de pandereta....
Yo nunca compro hamburguesas ni las como fuera de casa, soy algo rara en esto, si las hago, compro yo la carne y la pico en casa o bien que lo hagan delante mía, la verdad, es que en temas de comida soy bastante escrupulosa, defectos que llevo y de los que ya no me puedo separar;
Un besote
Independientemente de que nos de más pena comernos un caballo que una vaca, el fondo de la cuestión es que realmente no sabemos lo que estamos comiendo lo que demuestra que el etiquetado alimentario está fallando. Pero además por otra parte también se trata de una estafa ya que estamos pagando por una cosa y nos están vendiendo otra.
No soy consumidora de carne de caballo pero a priori no creo que sea mala, lo que me preocupa es pagar y pensar que estoy consumiendo vacuno sin serlo.
Publicar un comentario
Muchas Gracias por dejar tu comentario, intentaré contestarte lo antes posible.
Espero que hayas disfrutado leyendo y que te hayas sentido como en casa.
¡¡Muchas gracias por tu tiempo!!
Carol