Me encanta el azul, mi primer contacto con la purpurina y algunas flores...

No se si os lo había dicho alguna vez pero mi color favorito es el azul, no el azul oscuro ni el azul turquesa, si no exactamente el azul de la foto, y más en concreto el azul que se aprecia en el mantel, que es, como yo lo llamo, el azul baby.

Cuando Marta me pidió que hiciera una tarta para el cumpleaños de su amiga Belinda, y me dió carta blanca para hacer lo que yo quisiera, no lo dudé ni un instante, la tarta sería azul, porque me apetece, porque es mi color favorito, y porque es un color que me produce armonia y me aporta mucha tranquilidad.



Tan agusto me sentí haciendo mi tarta azul, que se me ocurrió hacerle unas florecitas, nunca en mi vida había hecho flores y este fué el resultado. No son las mejores flores del mundo, porque para mi gusto esas son las de Peggy Porschen, pero me parece que quedaron curiosas, ¿no creéis?

Y ya, puestos a innovar también me apeteció experimentar con la purpurina, así que con un pincelito le di unos toques de blanco perlado a mis flores, ¿os gusta el acabado final?


Yo estoy muy contenta con mi tarta, y según me dijo Marta, Belinda también quedó muy contenta, así que os la traigo por aquí para que vosotros también podáis darme vuestra opinión......
La pena es que no tengo una foto del corte, porque como comprenderéis no le iba a dar a la chica la tarta cortada....
El relleno es el mismo que lleva la tarta que os enseñé en el post anterior, un Victoria Sponge Cake con frosting de chocolate.

La próxima tarta que os traiga por aquí quizá ya sea navideña, porque tengo infinitas ganas de comenzar con la fiebre dulcera-navideña...... pero de momento os dejo con esta para que vayáis abriendo boca y os deseo que paséis una feliz semana!!